La situación se deteriora aún más en los territorios palestinos donde ya se vive casi una guerra, con nuevos bombardeos israelíes y ataques con morteros de los milicianos palestinos contra los asentamientos judíos.
Mientras el gobierno israelí de Ariel Sharón afirma que continuarán las operaciones militares «hasta que cese el terrorismo palestino», la Autoridad Nacional Palestina de Yaser Arafat condenó a Israel por su «continua agresión» contra el pueblo palestino, por los «asesinatos selectivos» y por aprobar la ampliación de varios asentamientos judíos en Cisjordania ocupada. Unos treinte y tres palestinos resultaron heridos ayer por disparos de soldados israelíes en enfrentamientos en Cisjordania y la franja de Gaza, según indicaron fuentes médicas palestinas. Un total de 18 palestinos resultaron heridos cerca de Ramalá, en Cisjordania, cuando 300 manifestantes se enfrentaron con soldados israelíes cerca de un retén militar en una carretera.
La política del «halcón» Sharón de seguir construyendo viviendas para colonos, en zonas ocupadas y que son objetivo de las interrumpidas negociaciones de paz, ha sido criticada ayer incluso por EE UU, el principal aliado de Israel. Por otra parte el ministro israelí de Defensa, Benjamín Ben Eliezer, se mostró ayer dispuesto a poner fin a la «anarquía» que reina en las colonias judías de Hebrón, tras los actos violentos protagonizados por extremistas judíos.
Su colega de Seguridad Interior, Uzi Landau, propuso «intensificar» los ataques contra los palestinos. Mientras, el presidente de la Autoridad Palestina, Yasir Arafat, pidió al secretario general de la ONU, Kofi Annan, que intervenga para salvar a los palestinos de la «agresión» israelí. «No voy a tolerar esta anarquía. Ordenaré algunas detenciones y no permitiré que militares sean agredidos una vez más» por colonos, afirmó Ben Eliezer.