El Dow Jones cerró ayer en 9.973'46 puntos, tras perder 317'34 puntos, equivalentes a un 3'08. Esta no es la mayor caída por puntos ni en porcentaje del Dow Jones, pero se produce en un clima de gran nerviosismo entre los inversores, preocupados por los resultados de las empresas estadounidenses, la evolución de los tipos de interés y la ralentización del crecimiento económico.
El Dow Jones se coloca así un 14'9 por ciento por debajo del máximo histórico que marcó el 14 de enero del 2000, cuando alcanzó los 11.722'98 puntos. La mayor caída en porcentaje en la historia del Dow Jones de Industriales, que incluye los 30 valores más importantes de la Bolsa de Nueva York, se produjo el 19 de octubre de 1987, durante el «crash» bursátil que hizo recordar la gran crisis de 1929. El Dow Jones perdió en ese «lunes negro», como se le llamó después, un 22'61 por ciento, al caer 508 puntos.
En Europa, una ligera reacción alcista de Wall Street, pocos minutos después de su apertura (al final de la jornada retrocedió con fuerza), fue suficiente para sofocar el pánico que habían vivido ayer las bolsas europeas y para suavizar las fuertes pérdidas que durante buena parte de la jornada mantuvieron las principales plazas bursátiles del continente. La Bolsa de Madrid y el Ibex-35, que a media sesión llegaron a perder más de un tres por ciento, se recuperaban en el tramo final de la jornada y pese a cerrar con recortes, del 1'15 y del 1'24 por ciento, respectivamente, los analistas lo calificaron como «un buen resultado».
La sesión comenzó en positivo para todas las bolsas europeas, impulsadas por la recuperación vivida ayer por los principales índices bursátiles de Estados Unidos, pero en tan solo una hora de negocio su tendencia cambio radicalmente. Los futuros del Nasdaq -que anticipan cuál sería su tendencia de apertura- presentaban una situación muy negativa, lo que provocó una reacción adversa en toda Europa, de forma que mercados como Londres, París y Fráncfort llegaban a ceder más de un cuarto por ciento.