El Reino Unido no podrá ser utilizado como base para planear actos terroristas en el extranjero, ni para recaudar fondos destinados a grupos violentos, según una nueva ley británica que entró ayer en vigor. De acuerdo con la nueva legislación, cualquier persona que apoye en este país actos terroristas fuera de las fronteras del Reino Unido podrá ser detenida y llevada ante un tribunal británico.
Estarán además prohibidas las reuniones de seguidores de grupos terroristas y el despliegue de sus emblemas. La policía tendrá además el poder para congelar activos de agrupaciones que recurran a la violencia, según las nuevas normas, que reemplazan a la Ley de Prevención del Terrorismo de 1973.
Esa legislación de los años setenta, establecida tras una serie de atentados del IRA contra «pubs» británicos, daba a las fuerzas del orden la autoridad para arrestar y detener a cualquier persona sospechosa de perpetrar algún acto violento en el Reino Unido. La nueva disposición ha sido aprobada después de que gobiernos extranjeros se quejaran de que este país fuese refugio de grupos que llevan a cabo campañas de violencia en sus naciones.
El Gobierno prepara una lista de las agrupaciones que considerará terroristas y que se añadirá a la actual en vigor, en la que figuran grupos como el IRA y el paramilitar protestante Fuerza Voluntaria del Ulster (UVF). Se espera que a la nueva lista se incorporen también grupos que consiguen acceder a los sistemas informáticos de algunos ministerios para perjudicar la labor de los gobiernos.
En la lista actual sólo figuran las organizaciones terroristas del Ulster, pero podrían añadirse Hamas, Sendero Luminoso o el movimiento japonés «La Verdad Suprema».