La Comisión Europea anunció ayer, viernes, que ha abierto una investigación sobre los precios de los discos compactos (CD) que aplican en Europa las cinco compañías discográficas más grandes del mundo, con el fin de comprobar si son objeto de acuerdos ilegales para mantenerlos artificialmente altos. Un portavoz de la Comisión Europea informó de que las autoridades de la competencia comunitarias están investigando los contratos vigentes entre las cinco grandes compañías discográficas -EMI, Bertelsmann (BMG), Warner Music, Sony y Universal- y sus distribuidores y detallistas en el mercado europeo.
La Comisión de la UE «está examinando las relaciones verticales (contratos) entre las cinco compañías discográficas más grandes y sus minoristas, para comprobar si persiguen los mismos o similares precios al consumidor en Europa», declaró Amelia Torres, portavoz del comisario europeo de Competencia, Mario Monti. La apertura de la investigación es consecuencia, según explicó, de una investigación similar realizada el año pasado en Estados Unidos por la Comisión Federal de Comercio (FTC), que terminó en un acuerdo entre las empresas y la FTC.
La FTC acusó a las mismas empresas de haber hinchado los precios en EEUU durante cinco años, con un coste para los consumidores cercano a los 480 millones de dólares desde 1997. «Cuando la Comisión Europea fue consciente de ello, y dado el conocimiento adquirido recientemente acerca del funcionamiento del sector, consideró adecuado proceder a un examen en Europa», dijo Amelia Torres. Bruselas investigó en profundidad el pasado año la fusión EMI-Time Warner, que finalmente fracasó debido a las fuertes objeciones de las autoridades europeas.