Los portugueses eligen hoy al quinto presidente de la III República en unos comicios en los que el socialista Jorge Sampaio tiene prácticamente asegurada su reelección como jefe del Estado, al lograr prácticamente el doble de votos que su más directo rival, el socialdemócrata Ferreira do Amaral. La existencia de un claro favorito ha provocado el desinterés de los ciudadanos durante las dos semanas de campaña electoral, que ha sido calificada por los analistas como la más aburrida desde la Revolución de los Claveles de 1974. Este factor incrementará la ya alta tasa de abstención que suelen registrarse en los comicios presidenciales lusos.
El 'síndrome de los Balcanes' y la existencia de unos 700.000 electores «fantasma» son los dos únicos asuntos que han conseguido animar la recta final de campaña. La polémica surgida en torno a este asunto ha llegado ha salpicar al propio candidato Sampaio en calidad de presidente. Sus rivales en la contienda le exigieron recientemente la dimisión del jefe de Estado Mayor del Ejército luso, Martins Barrento, que achacó el mal sufrido por los soldados desplazados a los Balcanes a «una conspiración serbia». El presidente optó, sin embargo, por apoyar a Barrento.
A pesar de esta polémica, las encuestas sitúan a Sampaio como claro favorito, con un porcentaje de votos situado en torno al 60%, frente al cerca del 30% que conseguiría su más cercano rival, Ferreira do Amaral.