«El tiempo para alcanzar un acuerdo de paz con los palestinos se ha terminado, y lo máximo que podemos esperar ahora es una declaración presidencial con las líneas generales para futuras negociaciones», dijo Guilad Sher, director de la Oficina del primer ministro israelí, Ehud Barak. Sher se reunió ayer con Clinton para exponerle las reservas de Israel a su plan de paz, que según todas las fuentes contempla un canje de concesiones entre Israel y la ANP en los dos asuntos más espinosos: la soberanía sobre la «Explanada de las mezquitas» y el derecho de retorno para los refugiados palestinos.
Pero ni Israel ni la ANP parecen dispuestos en estos momentos a soluciones contundentes que no cuentan con el respaldo de sus respectivos pueblos. Barak aseguró el viernes que «no habrá derecho de retorno para los refugiados palestinos» bajo ninguna circunstancia, y que tampoco firmará un tratado de paz que contemple el traspaso de la soberanía sobre el «Monte del templo» o «Explanada de las mezquitas» a los palestinos.
El jefe del equipo negociador palestino, Yaser Abed Rabó, consideró ayer que las reservas de Israel suponen la «eliminación» de hecho del plan de paz que propone el presidente saliente de EE UU. «Con esas reservas no hay ninguna posibilidad de alcanzar un acuerdo». En cualquier caso, un responsable palestino anunció anoche que negociadores de ambas partes se encontrarán hoy domingo en El Cairo en presencia del director de la CIA para intentar reducir la violencia, pero lejos de la prensa. El encuentro tiene lugar tras la iniciativa de Clinton para reanudar la cooperación en materia de seguridad y reducir la violencia.
Mientras, Clinton, que el 20 de enero abandonará la Casa Blanca, trabaja contrarreloj para conseguir un acuerdo de paz en Oriente Medio. El mandatario sopesa las respuestas puestas que tanto israelíes como palestinos han dado a sus últimas propuestas.