La Reserva Federal cedió ayer ante las alarmas del presidente electo George W. Bush sobre una posible recesión y al temor de los mercados financieros, y redujo en un medio punto porcentual los tipos de interés. Bush, quien ayer inició dos días de conciliábulo con grandes empresarios en Austín (Texas), ha sostenido que se observan en la economía de los Estados Unidos -que se encuentra en su décimo año de crecimiento ininterrumpido- «ciertos indicios de recesión».
Por su parte, los inversores, acostumbrados a casi ocho años de aumento rápido de los beneficios, se han asustado por la caída de los valores en los últimos ocho meses. La Reserva Federal había aprobado entre junio de 1999 y mayo de 2000 seis incrementos de los intereses, llevándolos a su nivel más alto desde 1991, como manera de frenar el entusiasmo de los consumidores y evitar una inflación acelerada.
La Reserva Federal decidió ayer no esperar hasta el 31 de enero, y actuar de inmediato ante los síntomas de desaceleración económica con una reducción de los tipos de interés que fue recibida con alborozo por Wall Street. El interés de los préstamos interbancarios por un día se redujo en medio punto, quedando en el 6 por ciento.
El regocijo de los mercados fue inmediato: el índice industrial Dow Jones subió un 2'97 por ciento al conocerse la decisión. El índice Nasdaq, el más vapuleado por las caídas de 1999, saltó un 11'51 por ciento.