Estados Unidos ganó ayer, sábado, una batalla política al lograr la adopción de un nuevo sistema de cuotas que reduce el techo de la contribución de cada Estado a la ONU, una norma hecha a su medida y de la que es único beneficiario. El nuevo sistema, aprobado ayer por la Comisión de Cuotas y sometido a la Asamblea General, sustituirá en el año 2001 el que regía desde 1973, considerado obsoleto por los países industrializados que apelaban al fuerte crecimiento de Estados emergentes, como son Singapur o Corea del Sur, para exigir una revisión de los baremos que se vevían aplicando.
Para el secretario general de la ONU, Kofi Annan, el acuerdo alcanzado tras varias noches en vela, es «el mejor regalo» que podía recibir la organización y permitirá eliminar una importante fuente de tensión y mejorar las relaciones con EE UU. La contribución de cada país se calcula según su capacidad de pago, pero este principio dejará de aplicarse a Estados Unidos, que consiguió imponer la exigencia del Congreso de reducir del 25 al 22 por ciento su cuota al presupuesto regular de la organización.
El Congreso hizo de este recorte la condición para cubrir los atrasos de Estados Unidos con la ONU, que superan los 1.300 millones de dólares. Sin embargo, Washington rechazó que los otros 188 estados miembros relacionaran el descenso de su contribución al pago de su deuda.