Por cuatro votos a uno, la Sala Penal del máximo tribunal anuló ayer el procesamiento de Augusto Pinochet dispuesto el 1 de diciembre por el juez especial Juan Guzmán Tapia. Con ello, la Corte Suprema ratificó el fallo de la Corte de Apelaciones de Santiago, que el pasado día 11 acogió un recurso de amparo (hábeas corpus) presentado por la defensa del ex dictador, señalando que éste no podía ser procesado por no haberse cumplido con la formalidad de la declaración indagatoria.
Sin embargo, el breve fallo también ordena al juez «que tome declaración indagatoria al senador Pinochet en el plazo de 20 días, se hayan realizado o no los exámenes médicos». Esta disposición hizo que, curiosamente, el fallo fuese recibido con alegría tanto por los partidarios del general como por los críticos y los abogados querellantes, mientras que el Gobierno mantuvo su neutralidad.
El presidente chileno, Ricardo Lagos, consideró el fallo «una etapa más del juicio» que lleva el magistrado Guzmán y descartó que cause tensiones en el país, «porque las cosas están funcionando muy bien». «Creo que la victoria de la defensa de Pinochet es una victoria con gusto a pérdida, ya que en términos prácticos está casi procesado», dijo el abogado querellante Hugo Gutiérrez.
Pinochet podría ser procesado por 57 homicidios calificados y 18 secuestros atribuidos a la «Caravana de la Muerte», comitiva militar que recorrió en octubre de 1973 distintas ciudades del país y ejecutó sin sumario a 75 presos políticos. Según el abogado Hiram Villagra, pese a la anulación del procesamiento el fallo deja a los querellantes «muy contentos», porque un nuevo enjuiciamiento del ex dictador es «inminente».