El virtual presidente electo de Estados Unidos, George W. Bush, comenzó ayer a construir puentes hacia los poderes legislativos y económicos de Washington, después de denunciar durante meses la forma de hacer política en esta capital. «He dejado claro que he venido a Washington con la intención de encargarme de los asuntos del pueblo», dijo Bush en su primera visita al Congreso, después de que el demócrata Albert Gore reconociera su victoria. Poco antes, Bush desayunó con el presidente de la Reserva Federal, Alan Greenspan, a quien dio un «voto de confianza», esperanzado en retenerlo como principal estratega de la política monetaria del país.
Bush, que llegó el domingo a la capital estadounidense, terminará hoy martes su visita con reuniones separadas con el presidente de EE UU, Bill Clinton, y el vicepresidente, Albert Gore. En el Congreso y con Greenspan, Bush explicó que comenzará su mandato con iniciativas de consenso, como la reforma educativa, pero descartó diluir su esfuerzo para aprobar una reducción de impuestos de 1'3 billones de dólares en un plazo de diez años. Los republicanos parecen estar divididos en torno a si Bush debe impulsar ahora su proyecto para reducir los impuestos durante el próximo decenio o si es preferible dar alivios tributarios graduales, que no comprometan tanto el superávit fiscal del país.
Por otra parte el estado de Florida dio ayer sus 25 votos electorales a George W. Bush, con lo que el candidato republicano logró los 270 necesarios para conseguir la Presidencia de Estados Unidos. Los 25 compromisarios por Florida al Colegio Electoral votaron por el gobernador de Texas, en una ceremonia presidida por el gobernador de Florida, Jeb Bush, hermano menor del virtual presidente electo.
Durante la sesión celebrada en el Senado estatal, Jeb Bush elogió el discurso de la semana pasada del candidato demócrata Albert Gore, en el que concedió la victoria a su hermano, y resaltó «la significativa participación» del estado en las elecciones del 7 de noviembre.