Un coche-bomba, colocado supuestamente por los palestinos, estalló ayer a las 17.20 hora local en una céntrica calle de Hedera, situada al noreste de Tel Aviv, que causó la muerte a dos personas. Medio centenar de ciudadanos israelíes resultaron heridos, seis de ellos de gravedad, en Hedera, donde HAMAS cometió una serie de atentados durante la década de los años noventa, que causaron numerosos muertos.
El primer ministro israelí, Ehud Barak, responsabilizó del atentado a la Autoridad Nacional Palestina (ANP), que preside Yaser Arafat, «por haber liberado a terroristas de HAMAS y Yihad Islámica y porque crea un ambiente que alienta y dirige a su gente a cometer atentados». Barak declaró que «Israel ajustará cuentas con quienes cometieron el atentado y con quienes los han enviado» y convocó para ayer noche, con carácter urgente, una reunión del Gabinete reducido para Asuntos de Seguridad que estudia la posibilidad de que el atentado de Hedera haya sido cometido por la Yihad Islámica.
El secretario de la ANP, Taeb Abdel Rajim, rechazó las acusaciones israelíes y dijo que el Gobierno de Arafat «no tiene ninguna relación con el atentado con coche-bomba en Hedera». En opinión de Abdel Rajim, Barak responsabiliza a la ANP «para justificar los actos de agresión de su Ejército». La ANP rechazó las acusaciones de Barak y el portavoz de Arafat, Nabil Abu Rudaina, afirmó que «Israel es responsable del deterioro de la situación».
Un total de siete palestinos murieron ayer en distintos enfrentamientos registrados en Gaza y Cisjordania, mientras que un atentado perpetrado en la ciudad israelí de Hedera, al noreste de Tel Aviv, acabó con la vida de dos ciudadanos israelíes. En las últimas horas, dos palestinos fallecieron en la franja de Gaza, según informaron fuentes palestinas. Tras esos enfrentamientos, el líder de la oposición y líder del partido de derechas Likud, Ariel Sharón, afirmó que «la ANP y Arafat han declarado la guerra, y en la guerra como en la guerra».