El presidente de Estados Unidos, Bill Clinton, ha convocado a ambos mandatarios la semana que viene con ese propósito, aunque Barak ya ha advertido de que es necesario que la violencia no se recrudezca. Ayer, los enfrentamientos entre palestinos e israelíes se han saldado con treinta personas heridas. El acuerdo de alto el fuego que el líder palestino alcanzó el pasado jueves con el ministro israelí de Cooperación Regional, Simón Peres, es crucial para la reanudación de las negociaciones de paz, aunque por ahora sólo ha demostrado su eficacia de forma parcial.
La desconfianza entre las partes ha llegado a su punto más bajo desde el comienzo del proceso de paz, hace siete años, a raíz de la ola de violencia que se desató el pasado 28 de septiembre, en la que han muerto 170 palestinos y 14 israelíes. Desde que el acuerdo entró en vigor, 3 palestinos han muerto y más de 300 han resultado heridos y, aunque ambas partes aseguran que el número de incidentes es considerablemente menor, el alto el fuego aún debe demostrar mucha más solidez para permitir la reanudación de las negociaciones.
El primer ministro israelí, Ehud Barak, que confirmó su intención de viajar la «semana próxima» a Washington, hizo un llamamiento público al líder palestino Yasir Arafat para que «no permita que los extremistas le lleven por el camino de la violencia» y «ponga fin» a los enfrentamientos. Ante miles de personas reunidas en Tel Aviv para conmemorar el asesinato, hace cinco años, del primer ministro Isaac Rabin, Barak se dirigió personalmente a Arafat, al que dijo que «usted, que apretó la mano de Isaac Rabin, no permita que los extremistas le lleven por el camino de la violencia».
Arafat, que ya ha confirmado su viaje a Washington, exigirá a Clinton la creación de una comisión internacional «objetiva» que investigue lo que los palestinos definen como «brutal represión israelí».