Al menos 55 soldados y policías, así como una cifra similar de guerrilleros, murieron en los combates que se libran en el noroeste de Colombia tras un ataque de las FARC contra dos pueblos y la caída a tierra de un helicóptero, anunciaron ayer fuentes castrenses.
Algunas emisoras colombianas de la zona han informado de que el número de insurgentes muertos también puede superar el medio centenar, mientras que las fuentes castrenses agregaron que las bajas en las filas rebeldes son «muy numerosas».
Esta es una de las ofensivas más intensas en lo que va de año lanzada por las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), la principal guerrilla del país. La ofensiva fue lanzada el miércoles por más de 500 guerrilleros del Bloque Noroccidental de las FARC de manera simultánea sobre Dabeiba y Bagadó.
Las FARC mantienen negociaciones de paz con el Gobierno de Colombia desde hace casi un año, y las partes, desde el comienzo, aceptaron «dialogar bajo el fuego», aunque en los últimos meses buscan un acuerdo para un cese de hostilidades.
El director de la Policía colombiana, general Luis Ernesto Gilibert, dijo que en Bagadó las FARC tienen a dos grupos de 30 personas cada uno como «escudos humanos» para huir de la zona de los enfrentamientos.