A tres semanas del 7 de noviembre, en que EE UU celebra elecciones generales, sus dos candidatos a la presidencia, el demócrata Albert Gore, y el republicano, George W. Bush, mantuvieron un tenso debate que les ha acercado aún más en la contienda electoral. El vicepresidente de EE UU, Al Gore, volvió a subir en las encuestas apenas terminado el debate celebrado en la madrugada de ayer en la Universidad Washington de San Luis (Misuri), mientras que el gobernador de Texas, George W. Bush fue criticado por sus imprecisiones.
Aunque los dos candidatos reclamaron la victoria después del tercer debate electoral que mantienen en tan sólo dos semanas, la opinión generalizada entre los expertos fue la de que Gore recuperó terreno perdido en las dos últimas semanas en un debate bajo el formato de preguntas-respuestas, que él domina. Gore se movió con soltura en el escenario preparado a modo de anfiteatro, en donde estaban sentados los ciudadanos elegidos por Gallup y el moderador, mientras que Bush se acercó al público en menos ocasiones.
Inmediatamente después de terminar el debate, las encuestas de varios medios dieron a conocer que los márgenes entre Bush y Gore se han estrechado aún más de lo que estaban hacía 24 horas, lo que deja estas elecciones como las más reñidas de la historia. Según el sondeo de CBS, Gore se llevó el 45 por ciento de las preferencias de voto y Bush el 40, mientras que la CNN -antes del debate- daba una ventaja del 52 por ciento al gobernador de Texas y del 43 por ciento al vicepresidente de EE UU, y al terminar señalaba que un 46 por ciento de los encuestados prefería a Gore y un 44 a su rival.