El Banco Central Europeo sorprendió ayer a los mercados al decidir una nueva subida del precio del dinero en un cuarto de punto, con lo que su principal tipo director se sitúa en el 4'75 por ciento. La reacción del euro fue inmediata, experimentando una subida en su cotización que le llevó a terminar la sesión en un cambio oficial de 0'8786 dólares. El presidente del BCE, Wim Duisenberg, justifica la urgencia de la decisión en la necesidad de controlar la inflación en la Zona Euro, disparada por el alza del precio del crudo.
La decisión que ayer tomó el Consejo de Gobernadores del BCE sitúa el tipo de refinanciación («refi») en el 4'75 por ciento, sus otros dos tipos directores, el marginal y el de depósito, suben también un cuarto de punto, hasta el 5'75 y 3'75 por ciento, respectivamente. Duisenberg explicó en rueda de prensa que la subida se ha tenido que realizar por la presión alcista que ejerce el precio del petróleo sobre la inflación en el Euro-11. Al contrario de lo que se esperaba, el precio del crudo no se ha moderado, sino que ha continuado «ejerciendo una considerable presión sobre el Índice Armonizado de Precios al Consumo».
Además, el presidente del BCE reconoció que sobre la decisión de los gobernadores también ha pesado el bajo nivel del tipo de cambio del euro, que ha incrementado el riesgo de que la subida de los precios de las importaciones se traslade a los precios finales. Como viene siendo tradicional, advirtió que la autoridad monetaria se mantendrá vigilante, no sólo sobre los precios, también sobre el cambio de la moneda única, cooperando con sus socios de forma apropiada, como ya hizo cuando intervino en el mercado de divisas junto con la Fed y el Banco de Japón el pasado 22 de septiembre.
Los riesgos de inflación a medio plazo quedaron ya de manifiesto al conocerse la evolución de la masa monetaria (M3) de la Zona Euro, que aumentó un 5'6 por ciento en agosto con respecto al mismo mes del año anterior, tras crecer un 5'1 por ciento en julio, lo que supone una ligera aceleración.