El cruce de Nezarim, en Gaza, es uno de los puntos más calientes de los enfrentamientos entre palestinos e israelíes. Según fuentes oficiales palestinas, los helicópteros del Ejército israelí prosiguen en esa zona los bombardeos con cohetes antitanque, en respuesta al cruce de fuego real entre soldados israelíes y policías y combatientes palestinos.
Dos jóvenes palestinos fallecieron ayer en ese cruce y, al menos uno de ellos fue alcanzado por los proyectiles aéreos, mientras que otro resultó muerto por disparos de las tropas israelíes, con lo que el balance de muertos rebasa ya el medio centenar desde que se desató la ola de violencia el viernes pasado. También se han registrado incidentes en el paso fronterizo de Rafah, junto al asentamiento judío de Kfar Darom, y en el asentamiento de Nirim, mientras que en Cisjordania hubo violentos tiroteos en Hebrón, y en la ciudad de Naplusa, junto al enclave judío de la Tumba de José.
Las esperanzas de pacificación que había abierto el acuerdo del alto el fuego entre los comandantes militares israelíes y jefes de seguridad palestinos, parecen esfumarse dado que los desórdenes crecen y ya son considerados en Israel los más graves desde la guerra de 1948. Algunas voces, como la del vicejefe de las Fuerzas Armadas israelíes, general Moshé Yaalon, han llegado a declarar que «la cúspide de los disturbios está aún por llegar, y esta ola de violencia continuará».
Mientras tanto, la secretaria de Estado de EEUU, Madeleine Albright, anunció que hoy miércoles se reunirá en París por separado con el primer ministro israelí, Ehud Barak, y con el presidente de la Autoridad Nacional Palestina (ANP), Yaser Arafat, después de que ambos líderes aceptasen su invitación. El objetivo del encuentro, según Albright, es «hallar una forma de poner fin a la violencia, restaurar la calma y asegurar que no se repita la escalada» de los enfrentamientos entre israelíes y palestinos.