Montenegro, la Iglesia ortodoxa y los ultranacionalistas serbios reconocieron ayer la victoria en las presidenciales de Yugoslavia de Vojislav Kostunica, candidato de la oposición que blandió ayer la amenaza de una huelga general para impulsar el abandono del poder, en el plazo más breve posible, del actual jefe de Estado Slobodan Milosevic. Pero este último parece decidido a enfrentarse a Kostunica en una segunda vuelta electoral, prevista para el 8 de octubre por la Comisión Electoral Federal (CEF), si bien esta posibilidad es rechazada por la oposición.
La agencia oficial Tanjug dio cuenta de dos reuniones en el trascurso de las cuales Milosevic ha dado a los miembros de su movimiento, el Partido de los Socialistas (SPS), y a sus aliados la consigna de prepararse para esta segunda vuelta. La televisión pública ofreció imágenes de estas reuniones. Esta es la primera vez que los medios oficiales rinden cuentas de las actividades de Milosevic desde el fin de las elecciones federales del pasado 24 de septiembre. El jefe del Estado fue visto en público por última vez el domingo cuando se disponía a votar en Dedinje, el barrio de Belgrado en el que reside.
Por su parte, Montenegro ha reconocido la victoria de Kostunica en las presidenciales en la primera vuelta, según anunció Filip Vujanovic, primer ministro de esta pequeña república yugoslava en conflicto abierto con Belgrado. «La elección presidencial ha terminado para nosotros, el candidato de la Oposición Democrática de Serbia (DOS) ha ganado», apuntó Vujanovic.
En un comunicado dirigido a Kostunica, al que considera «el presidente electo de Yugoslavia», la Iglesia de Serbia felicitó al «vencedor» y le animó a tomar sus funciones «en calma, con dignidad y responsabilidad». El jefe del Partido Radical (SRS), el ultranacionalista Vojislav Seselj, aliado oficialmente con Milosevic, consideró por su parte que las elecciones «han terminado». «Según el recuento que hemos hecho, Kostunica ha ganado en la primera vuelta y no participará en la segunda», apuntó.