Más de 7'8 millones de electores deberán renovar también las dos cámaras del parlamento federal (138 diputados en la Cámara de los Representantes y 40 en la Cámara de las Repúblicas) y designar a los representantes de los concejos municipales serbios.
Por primera vez en la historia de la Yugoslavia moderna, integrada en 1992 por Serbia y Montenegro, las encuestas señalan que la oposición ganará los tres escrutinios. Esto ha provocado una gran tensión a nivel político. La campaña electoral se vio conmocionada por un intercambio de acusaciones de fraude entre el gobierno y la oposición. Milosevic acusó a Occidente de haber dado apoyo logístico a la oposición para derrocarlo. Por su parte, los opositores afirmaron que la coalición del Partido Socialista (SPS) de Milosevic y de la Izquierda Yugoslava (JUL), dirigida por su esposa Mira Markovic, se adjudicará los votos de los albaneses de Kosovo, que sabotean regularmente las elecciones organizadas por Belgrado. Cinco candidatos se disputan el cargo de presidente, que como los otros escrutinios se decide por sufragio universal directo.
Sin embargo, la jefatura del Estado se decidirá entre Milosevic y Vojislav Kostunica, el candidato de una coalición de 18 partidos políticos, la Oposición Democrática de Serbia (DOS), favorito de todas las encuestas. Para ser electo en la primera vuelta, uno de los cinco candidatos debe obtener la mayoría absoluta de los votos. En caso contrario, la segunda vuelta tendrá lugar el 8 de octubre. Hay muchas personas que piensan que Slobodan Milosevic se negará a entregar el poder aunque sea derrotado. El primer ministro yugoslavo, Momir Bulatovic, sugirió el jueves que independientemente de los resultados, Milosevic terminará su mandato actual, en julio de 2001, y que por lo tanto nombrará al nuevo gobierno surgido de las elecciones de hoy.
El alto representante de la UE para la Política Exterior y de Seguridad Común (PESC), Javier Solana, advirtió ayer contra un «fraude electoral de gran amplitud» durante las elecciones. «El régimen de Belgrado no retrocederá ante nada para ganar las elecciones, y ya se puede distiguir las preparaciones de un fraude electoral de gran amplitud, empleando los métodos menos escrupulosos», afirmó al diario alemán.