El Grupo de los siete países más industrializados del mundo (G-7) estudiaron ayer en Praga vías para impulsar la bajada del precio del crudo en el mercado mundial y la recuperación del euro tras la intervención oficial y concertada acordada internacionalmente el viernes para apoyar a esa divisa. Instaron a un retorno de los precios del petróleo a un nivel compatible con una prosperidad económica global duradera y con la estabilidad en los países productores y consumidores.
Al término de una reunión celebrada en Praga y en la que participó también Rusia, el G-7 consideró «crucial para el mundo económico que la OPEP y otros países productores tomen acciones para contribuir a la reducción de los precios del crudo y a una mayor estabilidad de los mercados». «Hemos acordado permanecer en contacto estrecho y continuar nuestras discusiones con los países productores y consumidores», apuntó el G-7, que expresó además su preocupación por «los efectos adversos» que los precios del crudo pueden tener sobre la economía mundial. Respecto a la situación del euro, los países más industrializados del mundo afirmaron que continuarán «vigilando de cerca» la evolución de la euromoneda».