En medio de un intenso debate dentro del Gobierno acerca de cómo actuar para bajar los precios del crudo, el vicepresidente y candidato a la Casa Blanca Al Gore pidió ayer que Estados Unidos utilice la Reserva Estratégica de Petróleo, una medida que estudia Bill Clinton.
Con el telón de fondo de la campaña electoral, en la que la escalada de precios del crudo se hace cada vez más presente, Gore se adelantó a su rival republicano, George W. Bush, al pedir formalmente al presidente que decida usar la Reserva. Gore propuso realizar «canjes» de crudo con las compañías petroleras en partidas sucesivas de cinco millones de barriles, que luego serían devueltos una vez que el precio del crudo baje en los mercados internacionales.
«Necesitamos una acción enérgica ahora mismo», dijo el vicepresidente, quien también propuso otras medidas de menor importancia, como ayudas fiscales y subvenciones directas, para paliar los problemas del suministro de combustible de calefacción de cara al invierno.
En otro arranque populista, Gore dijo que se preocupa por las familias y no «por los intereses de las grandes empresas petroleras», de las que dijo que se están «aprovechando» de la situación a costa de los ciudadanos. Sin mencionarlos, fue toda una alusión a que Bush y su aspirante a vicepresidente, Dick Cheney, tienen estrechos vínculos con la industria petrolera de Texas.