Al menos una persona muerta y nueve rescatados con vida es el balance provisional del accidente sufrido ayer por un pequeño avión cubano que fue secuestrado en pleno vuelo nada más salir de la isla, y que se estrelló a 60 millas al suroeste de isla Marquesa, en los Cayos de Florida (Estados Unidos). El objetivo del presunto secuestro era el traslado de 18 cubanos a Estados Unidos; sin embargo, no llegaron a su destino por falta de combustible, según los primeros datos.
La falta de combustible pudo ser la causa del accidente. Así lo sostuvo el director adjunto del Departamento de Aviación de Miami, Lauren Gail Stover, quien indicó que el piloto avisó de que sólo disponía de carburante para una hora y media de vuelo.
Un total de 18 personas viajaban en el avión siniestrado, con capacidad para 20 pasajeros, de los que uno fue encontrado muerto y otros nueve rescatados con vida por un buque mercante. De momento se desconoce el paradero de los demás pasajeros del avión, aunque no se descarta que sólo hubiese diez pasajeros. En cualquier caso, los partes meteorológicos habían dado mal tiempo por culpa de una onda tropical que generaba lluvias y fuertes vientos. La nave cubana, un «An-2 Colt» capaz de acuatizar, se precipitó en aguas del estrecho de la Florida poco después de despegar de Pinar del Río, en el oeste de Cuba.
«Aparentemente se trata de un secuestro aéreo. El piloto explicó que sólo tenía combustible para una hora y media de vuelo», señaló, por su parte, la subdirectora del Departamento de Aviación del condado Miami-Dade, Lauren Gail Stover. El avión desaparecido es un aparato militar ruso modelo «Antonov-AN2» empleado para el adiestramiento de paracaidistas. Aunque se desconocen los motivos por los que el aparato despegó de Cuba y las identidades de sus ocupantes, desde diferentes medios estadounidenses se especula con la posibilidad de que se trate de un avión robado por ciudadanos cubanos que se disponían a abandonar la isla para trasladarse a Estados Unidos.