Al menos diez personas murieron y 30 resultaron heridas en una explosión ayer en la Bolsa de Valores de Yakarta, que la policía cree que se debió a un atentado y que algunos ligan al viejo régimen de Suharto, cuyo juicio por corrupción se reanuda hoy. La lista de víctimas aún no está cerrada porque, pese a que el fuego en el edificio ya está controlado, todavía falta por inspeccionar el lugar y porque se encuentran algunos heridos en estado muy grave.
La Bolsa, que registraba un descenso de casi un 2 por ciento en el momento del incidente, quedará cerrada al menos hasta el viernes próximo, mientras la policía efectúa su investigación. En un principio se sospecha que la explosión fue causada por dos coches bomba en el aparcamiento subterráneo, aunque todavía no se descarta un cortocircuito, ya que la Bolsa sufrió ayer al menos siete apagones, según los supervivientes. Fuentes del hospital Cikto Mangunkusumo confirmaron que habían recibido cinco cadáveres, mientras que el de Pertimina confirmó otros tantos, tres de ellos carbonizados. El teniente coronel Hardiyono, a cargo de las operaciones que se llevan a cabo en la Bolsa, declaró que el número de muertos puede subir, pues, «lamentablemente, creemos que había decenas de personas» en el interior.
La explosión y posterior evacuación del edificio dejó a estas personas atrapadas en la segunda planta del aparcamiento subterráneo, la mayoría de ellos chóferes que murieron por las llamas o de asfixia por el denso humo. Las operaciones de rescate de los bomberos comenzaron tras lograr controlar las llamas, unas siete horas después de la «fuerte explosión» que recordaron los testigos. La explosión causó un caos de circulación de varios kilómetros de automóviles parados en el área del edificio de la Bolsa.