Según un portavoz del Ministerio de Defensa británico, que calificó la medida «de precaución», unos ochenta camiones cisterna del Ejército, la Armada y las Fuerzas Aéreas se han desplegado en puntos estratégicos del país, como hospitales y edificios importantes, para prestar ayuda si ésta es requerida.
Precisó que los camiones cisterna «han sido desplegados, no utilizados. Todavía no han sido autorizados a suministrar combustible, pero se encuentran preparados en caso de que haya necesidad», precisó el portavoz. «El Ministerio de Defensa -añadiótiene un depósito de carburante. Se trata de facilitar conductores, vehículo y combustible, si es preciso, para facilitar el abastecimiento».
La decisión del Gobierno se produce después de que el primer ministro británico, Tony Blair, volviera ayer a pedir a los camioneros que levanten el bloqueo porque «ponen vidas en peligro». Aunque el Reino Unido intenta volver a la normalidad con la reanudación del suministro de combustible, miles de gasolineras siguen sin reservas y la escasez de carburante ha provocado la cancelación de operaciones en algunos hospitales.
«El hecho de que un piquete a las puertas de una refinería determine si los hospitales, las ambulancias o el transporte público son un servicio esencial es una afrenta», afirmó Blair. El jefe del Gobierno instó al cese de las movilizaciones, después de que el ministro británico de Sanidad, Alan Milburn, advirtiese de que ha decretado la «alerta roja» en el sistema sanitario ante la escasez de combustible.
Los efectos de la crisis han afectado también a la industria británica, con unas pérdidas diarias de 400 millones de dólares, informó la Cámara de Comercio de Londres. Unas veinte escuelas anunciaron que cerrarán hoy en Gales, mientras el Royal Mail (servicio de correos) indicó que sólo dispone de carburante para un día más en algunos puntos del país.