Las protestas contra los elevados precios del combustible se han extendido a algunos países europeos como el Reino Unido, Alemania, Holanda y Bélgica, tras el éxito de los camioneros franceses, cuyos bloqueos han conducido a un pacto con el Gobierno. En Londres, el primer ministro británico, Tony Blair, desafió ayer a los camioneros al oponerse a una reducción de los impuestos del carburante mientras arrecia el bloqueo de refinerías y depósitos de combustible en varios puntos del país.
«La mejor manera, y la única correcta, para solucionar este problema es presionar a la OPEP (países productores) y no organizar bloqueos aquí», afirmó el primer ministro. Pero camioneros y agricultores no ceden y mantienen bloqueadas seis de las nueve refinerías del país, así como cuatro depósitos de combustible.
En Bruselas, mientras tanto, la principal organización de la patronal belga del transporte por carretera abandonó ayer por la tarde las negociaciones que mantenía con la ministra del sector y otros representantes del Gobierno y amenazó con «bloquear toda Bélgica». Más de un centenar de camiones mantienen cortados los accesos al centro de Bruselas con el bloqueo de varias arterias de la capital y decenas de camiones han bloqueado varios depósitos de combustible, principalmente en la región de Valonia, sur del país.