El vicealmirante Mijaíl Motsak, jefe del Estado Mayor de la Flota del Norte, a la que estaba adscrito el submarino nuclear «Kursk», anunció ayer oficialmente la muerte de los 118 tripulantes del buque. «Todos los compartimentos del submarino están anegados de agua y no ha quedado vivo ningún miembro de la tripulación», declaró el vicealmirante Mijaíl Motsak.
La información, difundida por la cadena estatal rusa de televisión RTR, no deja lugar a ninguna esperanza de hallar supervivientes en el submarino, en el que ayer lograron entrar los buzos noruegos que participan en las operaciones de rescate. Sin embargo, el portavoz de la Flota del Norte, Vladímir Navrotski, en contra de lo declarado por sus superiores, indicó que aún «hay una pequeña posibilidad de hallar a personas vivas en los compartimentos séptimo y octavo». Estos sectores del submarino «serán explorados con un aparato especial», añadió Navrotski, quien admitió que «la muerte de la mayor parte de la tripulación es un hecho».
El portavoz dijo que los buzos noruegos, que lograron abrir la escotilla de escape del compartimento número nueve del «Kursk», encontraron el cuerpo sin vida de uno de los tripulantes del sumergible. Navrotski señaló que en el momento del naufragio, cuyas causas continúan siendo un misterio, en ese compartimento podía haber «no más de cinco o seis hombres». Aunque el Kremlin aún no ha decretado duelo nacional, todos los canales de televisión mostraron la lista con los nombres de los tripulantes del «Kursk» sobreimpresa en paisajes marinos, sin comentarios, con el ruido del mar como fondo. El servicio de prensa de la Presidencia de Rusia manifestó que no tenía información acerca de que el «número uno» del Kremlin, Vladímir Putin, vaya a dirigir un mensaje a la población en las próximas horas. Algo que sí espera el pueblo ruso.