En el mismo lugar en el que el primer ministro Isaac Rabin fue asesinado en 1995 por un extremista judío, los opositores a la política de paz del primer ministro, Ehud Barak, organizaron la que han llamado «la madre de todas las manifestaciones», pues afirman que es la mayor celebrada en Israel.
«Prohibido vender el Estado», «Barak, a los hermanos no se les abandona», «Barak, ésa no es la paz verdadera» eran algunas de las enormes pancartas portadas por los manifestantes, en alusión a los planes que atribuyen al primer ministro laborista ceder la mayor parte de Cisjordania y Gaza a los palestinos en las negociaciones de paz. Los convocantes esperan con esta protesta enviar un claro mensaje a Barak de que no tiene mandato del pueblo para hacer concesiones sobre la soberanía de Jerusalén o sobre la evacuación de asentamientos judíos en Gaza y Cisjordania, los territorios ocupados por Israel en 1967.
La protesta tiene lugar menos de una semana después de que el primer ministro, con un gobierno en minoría tras el abandono de tres partidos de derechas, superase por los pelos una moción de censura en el Parlamento presentada por el Likud en contra de la cumbre con Arafat. Unos 1.500 policías estuvieron encargados de vigilar la protesta y de evitar incidentes. La derecha acusa a Barak de ir a dividir Jerusalén, cuya parte oriental fue ocupada y anexionada por Israel en 1967 y que es reclamada por los palestinos como capital de su futuro Estado. Israel rebajó ayer el moderado optimismo apuntado por fuentes palestinas acerca de una rápida y exitosa conclusión de las conversaciones de Camp David en busca de un acuerdo de paz para Oriente Medio.