La policía norirlandesa hizo ayer un llamamiento a la calma tras los graves incidentes del martes por la noche, cuando grupos de protestantes llegaron a disparar contra las fuerzas de seguridad en Belfast. La tercera noche consecutiva de disturbios en Irlanda del Norte fue la más violenta del año y terminó con nueve agentes heridos y tres personas detenidas, informaron ayer fuentes de la policía.
Los incidentes más graves ocurrieron hacia las 22.00 horas GMT en la calle Shankill Road, Belfast, cuando la policía intentaba separar a dos grupos de manifestantes y algunos de los protestantes abrieron fuego contra las fuerzas del orden, que repelieron inmediatamente la agresión. La policía llegó a usar tanquetas militares para hacer retroceder a un grupo violento que atacaba a varios de sus agentes después de haber prendido fuego a un furgón previamente rociado con gasolina.
El ministro británico para Irlanda del Norte, Peter Mandelson, condenó ayer los graves sucesos de estos días y advirtió que los disturbios no modificarán la decisión de la Comisión de Desfiles sobre la marcha de Portadown. El pasado domingo, la orden político-religiosa de Orange hizo uno de sus desfiles en Portadown -sin pasar por el barrio católico de Garvaghy Road, camino que tenían prohibido- y se produjeron incidentes menores con la policía.