Después de votar en un colegio electoral situado frente a la residencia presidencial Los Pinos, Zedillo dijo que «existe gran participación y tranquilidad en el país». La oposición, en cambio, reiteró ayer sus denuncias de que la maquinaria gubernamental, monopolizada desde hace 71 años por el Partido Revolucionario Institucional (PRI), interfiere en el proceso electoral.
La oficina de prensa del candidato de oposición Vicente Fox denunció ayer que el observador italiano Rocco Buttiglione fue amenazado de muerte en Campeche (estado de la costa del Golfo de México) tras haber descubierto una bodega con papeletas electorales marcadas en favor del PRI. La denuncia precisa que Buttiglione, presidente de Cristianos Demócratas Unidos, fue amenazado por militantes del PRI que pretendían cometer un fraude.
Según encuestas preelectorales, los favoritos para suceder a Zedillo el 1 de diciembre próximo son el conservador Fox, del partido Acción Nacional (PAN) y la Alianza por el Cambio, y el oficialista Francisco Labastida, del PRI. Las de ayer eran las elecciones más reñidas de la historia mexicana y por primera vez en siete décadas se baraja la posibilidad de que el PRI pierda la presidencia, y es que los sondeos daban un empate técnico entre los dos máximos candidatos.
La oficina de Fox también divulgó, pocas horas antes de abrir las urnas, una lista de más de mil denuncias de supuestas violaciones de la ley electoral, la mayoría relacionadas con la compra y coacción del voto. El candidato izquierdista Cuauhtémoc Cárdenas, del Partido de la Revolución Democrática (PRD) y la Alianza por México, denunció ayer igualmente hechos irregulares, relacionados con «acarreos» de votantes y presiones de funcionarios públicos priístas a sus subordinados.