El viaje oficial del presidente del Gobierno español, José María Aznar, comienza a pasar factura de cansancio y de sueño. Aznar se mostró muy dubitativo en Manila cuando quiso hablar de la ayuda a los países pobres: «La Asamblea del Milenio, que se celebrará en el mes de octubre o septiembre, no lo recuerdo muy bien, es igual, la Asamblea del Milenio en Nueva York (el presidente español escucha el apunte que le susurra el portavoz del Gobierno español, Pío Cabanillas)... Eso es en el mes de septiembre (realiza una pausa mostrándose dubitativo y prosigue)... espero no tener mañana (hoy) un titular que diga 'Aznar no sabe cuándo se celebra el Milenio' (prosigue una risa típica de Aznar)».
Por otra parte, Aznar encargó ayer para antes del próximo 28 de julio la elaboración del primer plan bianual para impulsar la acción exterior en Asia y el Pacífico con mayores dotaciones económicas, mejor coordinación y una implicación estrecha de la empresa y la sociedad. Con ocasión de su visita oficial a Filipinas, Aznar clausuró en Manila la reunión de embajadores españoles acreditados en Asia y el Pacífico, en la que se constató la necesidad urgente de abrir una embajada en Singapur, un consulado en Bombay y una consejería de información en Pekín, la primera en esta región.
En dos planes bianuales, el Gobierno español se ha planteado como metas para la acción exterior en esta zona aumentar gradualmente los recursos globales y concentrar la cooperación en Filipinas, China y Vietnam, y en el resto de países del área se fomente la formación de recursos humanos y las actividades de carácter científico y tecnológico. El Ejecutivo prevé asimismo reforzar la red cultural mediante la apertura del Instituto Cervantes en Tokio en el 2001 y de una cadena de centros asociados y «aulas virtuales» en China, Corea, India, Vietnam, Indonesia y Australia. Se prepara también un programa integrado de difusión de la lengua y cultura española que incluya instrumentos educativos y preste una atención especial al canal internacional de televisión.