Chirac, cuyo país está a punto de asumir la Presidencia semestral de la UE, estima que hay que pensar ya más allá de las reformas estructurales, que hay que sacar adelante durante ese periodo. Contrariamente a lo que hiciera el ministro alemán de Exteriores, Joschka Fischer, cuando puso en marcha el actual debate sobre el futuro del continente al proponer una federación europea "lo que despertó ciertos recelos en la centralista Francia", Chirac no propugna ninguna forma concreta para la Europa de mañana.
Francia, igual que Alemania, no quiere fijar de antemano la composición del grupo de vanguardia que, según Chirac, no debe crearse «sobre una base arbitraria» sino «por la voluntad de los países que decidan participar en el conjunto de las cooperaciones reforzadas». Chirac cree que este grupo podría empezar a trabajar a partir del año que viene sobre la coordinación de las políticas económicas, de defensa, de seguridad y de lucha contra la criminalidad. Un secretariado debería «controlar la coherencia de las posiciones y las políticas de los miembros de este grupo» y garantizar que permanece abierto a todos aquellos países que deseen unirse a él.
Luego se abriría un debate culminaría en la redacción de un texto que se podría llamar «Constitución europea» y que debería definir el reparto de competencias entre los estados nacionales y Europa y las fronteras definitivas del continente. En declaraciones previas al discurso, Chirac dijo que piensa que los estados nacionales seguirán como referencia primordial de los ciudadanos, y que él prefiere hablar de Unión de Estados en vez de, como Fischer, de Estados Unidos de Europa.