Los referendos celebrados ayer en Italia, con el que perseguía la reforma del sistema electoral a la cabeza, fracasaron al no conseguirse el quórum de la mitad más uno de los 49 millones de electores, según señalaron los primeros sondeos de opinión hechos públicos al cierre de las urnas. Los sondeos señalan que el índice de participación se situará entre el 33 y el 36%, lo que significa que uno de cada dos votantes italianos no habría pasado por las urnas.
Con este fracaso se frustra por segunda vez en poco más de un año la tentativa de reformar el sistema electoral italiano para sustituirlo por uno de corte mayoritario con el objetivo de impulsar una dinámica bipolar capaz de dar mayor estabilidad al país.
Los defensores del sistema mayoritario aspiraban, con la supresión de la cuota proporcional que rige actualmente en la elección del 25% de los 630 diputados, a eliminar del Parlamento a la mayor parte de los pequeños partidos que tan a menudo condicionan la vida política italiana.
Los resultados favorecen la posición abstencionista defendida por el líder de la oposición, Silvio Berlsuconi, y sus casuales compañeros de viaje, los democristianos del Udeur y del PPI, que forman parte del centroizquierda, los comunistas ortodoxos de Refundación y la Liga Norte.