Cuando falta un número exiguo de votos por escrutar, Mejía, del Partido Revolucionario Dominicano (PRD), cuenta con el 49'86% de los sufragios válidos, según los datos provisionales, aunque necesitaría el 50% más uno para lograr la mayoría absoluta, de acuerdo con las leyes electorales.
Según Medina, del Partido de la Liberación Dominicana (PLD) y de acuerdo con esos resultados parciales, lo lógico es que se convocara una segunda vuelta, pero aseguró que la Junta Central Electoral (JCE) «no ha tenido el valor suficiente para decir la verdad al país», y «para no crear problemas» a la República Dominicana anunció que el PLD renunciaba a «su derecho legítimo a participar en una segunda vuelta».
Con este reconocimiento de la victoria del PRD por parte de Medina, que felicitó a Mejía por su triunfo, se ha abierto el camino para la proclamación definitiva del candidato del PRD como próximo presidente de la República por parte de la JCE, quien, de acuerdo con el artículo 162 de la legislación electoral, puede declarar ganador al aspirante que más votos logre en primera vuelta. El anuncio de Medina, que compareció ante los medios de comunicación en un hotel de la capital, siguió a una advertencia del presidente de la JCE, Manuel Ramón Morel Cerda, de que ese tribunal no se prestaría a ninguna «tratativa o arreglo» que tergiverse la voluntad popular libremente expresada en las urnas.
Ante los gritos airados de «traición» de parte de sus seguidores presentes en el lugar de la comparecencia tras el anuncio de renuncia a la segunda vuelta, Medina les pidió «cordura» y «confianza», al tiempo que reconocía su derrota en las urnas, debido a que «no hemos tenido la confianza del pueblo dominicano».
«No siempre que se va a un proceso se va a ganar, también se tiene la posibilidad de perder, y los que tenemos vocación democrática siempre tenemos que estar preparados para lo peor», agregó Medina. «Dada la distancia que ha alcanzado el PRD con relación con la segunda posición (la del PLD)», el candidato renunció a una segunda vuelta porque convertiría la nueva campaña electoral «en un camino tortuoso» que afectaría «al desenvolvimiento del clima de paz social que vive la República Dominicana».