El consorcio británico Phoenix compró ayer el fabricante británico Rover a la compañía alemana BMW por la simbólica cifra de 10 libras (unas 2.850 pesetas), lo que debería permitir a esta marca renacer de sus cenizas y evitar un hundimiento que supondría la pérdida de miles de empleos. Los casi 9.000 empleados de la fábrica Rover de Longdbridge, cerca de Birmingham (centro), recibirán como a un héroe a su ex director general, John Towers, jefe de Phoenix, que será el encargado de transmitirles la noticia. Longbridge, es la principal fábrica automovilista británica y se convirtió en motivo de inquietud nacional tras el anuncio, a mediados de marzo, del desmantelamiento de Rover por parte de BMW. En un comunicado común, Phoenix y BMW anunciaron la firma de acuerdo tras una semana de «intensas negociaciones». Phoenix «tomará la responsabilidad del desarrollo, la producción y la distribución de Rover Cars» y «comprará la marca MG y el resto de marcas Heritage». BMW conserva la firma Rover.
La fabricación del nuevo Rover 75 será transferida de la fábrica de Cowley cerca de Oxford "que conserva BMW", a Longbridge, que continuará produciendo el Rover 25 y 45 y las marcas MG. Además se prevé la próxima construcción de una nueva versión del R75. BMW, que conserva la producción de la nueva Mini y ha revendido a Ford el 4X4 Land Rover, se dió como plazo un mes a finales de abril para vender Rover Cars, tras el fracaso de las negociaciones con la empresa británica de capital riesgo Alchemy.