El jefe de la policía de Miami, William O´Brien, renunció ayer tras ser objeto de críticas por la participación de ese cuerpo en la operación federal que permitió reunir al niño cubano Elián González con su padre. La renuncia de O´Brien se produjo horas después de que el alcalde de Miami, Joe Carollo, de origen cubano, ordenara la destitución del administrador Donald Warshaw, en una reunión de la Comisión de la ciudad donde se oyeron numerosas denuncias de abusos policiales.
«Yo di la orden y yo soy el responsable», declaró O´Brien en una rueda de prensa en la que anunció su decisión. O´Brien advirtió que la actitud del alcalde Carollo está dividiendo a los miamenses.
La actuación de la policía de Miami en el caso del niño de seis años enfureció a la comunidad cubana y al alcalde, quien, para destituir al jefe policial, ordenó el jueves el despido del administrador de la ciudad, que se negaba a hacerlo.
Carollo ha expresado su enojo con el jefe de la policía porque no le notificó que conocía de antemano la operación federal que el pasado sábado sacó por la fuerza a Elián de la casa de sus familiares en Miami, quienes se resistían a entregarlo a su padre, Juan Miguel González.
El alcalde también está enfadado porque el subjefe de la policía de Miami, John Brooks, iba en una de las furgonetas que utilizaron los agentes federales.
O´Brien informó de que Brooks iba en la parte delantera de esa furgoneta para avisar a la policía de Miami de que era una operación autorizada y les permitieran atravesar las barreras de seguridad.
El alcalde también ha expresado su indignación por la actuación
de la policía durante las protestas del pasado sábado tras el
asalto a la casa.
«Quiero que quede claro que tomo esta decisión por el amor que le
tengo a esta comunidad», dijo Carollo ante una sala abarrotada de
exiliados cubanos que aplaudieron por el despido del administrador
de la ciudad, que todavía debe ser ratificado por cuatro de los
cinco comisionados.