Bill Clinton pasará sus últimos meses como presidente con la espada de Damocles de una nueva acusación judicial por su actuación en el escándalo Lewinsky, una vez deje el próximo enero la Casa Blanca. Clinton puede ser acusado de perjurio, obstrucción a la justicia, falso testimonio y conspiración por el fiscal especial Robert Ray, según anunció éste en una entrevista con el diario «The Washington Post».
«Hay un principio a ser reivindicado y es el de que nadie está por encima de la ley, incluido el presidente de Estados Unidos», dijo el fiscal especial. Ray, quien sustituyó al fiscal Kenneth Starr en octubre pasado, estudia presentar su acusación tras las elecciones presidenciales y legislativas del próximo 7 de noviembre. El fiscal prefiere esperar porque acusar penalmente a un presidente supondría una serie de complicaciones legales que alargarían el proceso durante varios años.