La cumbre anunciada ayer en ambas capitales coreanas entre el presidente de Corea del Sur, Kim Dae Jung, y el líder norcoreano, Kim Jong Il, del 12 al 14 de junio, ha desatado una ola de euforia entre los surcoreanos y puede favorecer al Gobierno de este país en las elecciones del jueves. Los medios de comunicación surcoreanos han resaltado la reunión, que se celebrará en Pyongyang, y la califican como un hecho histórico que puede poner fin a las tensiones vividas entre ambas naciones desde su fundación en 1948.
La coincidencia de este anuncio por parte del Gobierno surcoreano de Kim Dae Jung con las elecciones parlamentarias que se celebran el jueves en el país ha sido criticada por la oposición, que considera que no es el momento adecuado por la repercusión que puede tener en el electorado. El Partido Democrático del Milenio (PDM), en el Gobierno de Seúl, y los dirigentes norcoreanos ya han comenzado a usar el anuncio de este encuentro como arma política.