El Kremlin insinuó ayer por primera vez desde el comienzo, hace siete meses, de la guerra de Chechenia la posibilidad de negociaciones con el Gobierno separatista. Serguéi Yastrzhembski, asesor especial del presidente electo, Vladímir Putin, anunció las «condiciones de Moscú para negociar con el antiguo régimen» checheno, presidido por Aslán Masjádov. Esas condiciones, agregó, son «la disolución de todos los grupos armados, la expulsión de mercenarios (de Chechenia) y la entrega de los bandidos más sanguinarios».
Presidente de Chechenia elegido en enero de 1997 con bendición de Moscú y de la Organización para la Seguridad y Cooperación en Europa y otras instituciones, Masjádov fue declarado dirigente «ilegítimo» al comenzar las hostilidades el pasado septiembre. En numerosas ocasiones durante estos meses, el Gobierno ruso rechazó radicalmente cualquier negociación con Masjádov, y el propio Yastrzhembski dijo hace dos semanas que «primero tendrá que responder a las preguntas del fiscal». El asesor de Putin respondió así a la exigencia del presidente de la comisión de derechos humanos de la Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa (PACE), Frank Judd, quien tras visitar Chechenia reclamó a Moscú que negociara con Masjádov.
Yastrzhembski dijo ayer que el presidente de la república separatista rusa «aún tiene tiempo de acogerse a la amnistía» decretada por el Kremlin «si se demuestra que no tiene sangre en las manos y si se arrepiente».
Por otra parte, la Duma ratificó ayer la legitimidad del decreto, firmado por el actual presidente, Vladímir Putin, que concede inmunidad vitalicia al ex presidente Yeltsin y a su familia.