Tras asegurarse el acceso al mercado chino, proteger militarmente a Taiwan e impulsar la recuperación económica de Bangladesh, el presidente estadounidense, Bill Clinton, firmó ayer un importante acuerdo de asociación con India, en el primer día de una histórica gira que quedó empañada por el asesinato de casi 36 sijs en Cachemira. Clinton desembarcó en Nueva Delhi por segunda vez en los últimos tres días, aunque esta vez de forma oficial, y fue recibido en el palacio presidencial por el presidente, K.R. Narayanan, y por el primer ministro, Atal Behari Vajpayee, quien mostró una gran firmeza en lo referente a la capacidad nuclear india.
Vajpayee reiteró que Nueva Delhi, que como Pakistán, su vecino y encarnizado enemigo, posee la bomba atómica desde mayo de 1998, debe mantener una «disuasión nuclear mínima». «Le he explicado al presidente Clinton las razones que nos empujan a mantener una disuasión nuclear mínima», explicó el primer ministro nacionalista, antes de comprometerse a no recurrir al arma atómica.
«No haremos más ensayos nucleares, no iniciaremos una carrera armamentista nuclear, y no seremos los primeros en utilizar la bomba atómica contra ningún país», insistió el primer ministro nacionalista al término de su encuentro con Clinton, que ha insistido en la necesidad de que Nueva Delhi firme el Tratado de Prohibición Total de Ensayos Nucleares (CTBT), sin lograr arrancar un compromiso de Vajpayee. El lunes, durante una cena oficial, el presidente Narayanan estimó que las consideraciones sobre la inestabilidad de Cachemira efectuadas por Washington antes de la gira son demasiado alarmistas; «se ha sugerido que el subcontinente indio es el lugar más peligroso del mundo y Cachemira, un punto de riesgo nuclear, estas descripciones alarmistas no hacen sino dar alas a los que quieren romper la paz», afirmó.
Sin embargo, tal y como temía el Ejército indio, la visita de Clinton no ha sido demasiado tranquila; la detención de más de 300 personas que se sospechaba iban a manifestarse contra Clinton no ha sido suficiente para ofrecer una imagen de tranquilidad al presidente estadounidense, que el lunes recibió de primera mano las noticias sobre la matanza de 36 sijs en Cachemira.