El nombramiento de Angela Merkel, de 45 años, actual secretaria general del partido y ex ministra de la Condición Femenina y luego del Medio Ambiente, durante el Gobierno de Helmut Kohl, será confirmada definitivamente tras la votación de los 1.001 delegados de un congreso del partido conservador que tendrá lugar del 9 al 11 de abril en Essen (oeste).
Angela Merkel se convertirá de esta forma en la primera mujer y el primer líder político, surgido de la ex RDA, en tomar las riendas de uno de los dos grandes partidos alemanes. Tanto la CDU, como la socialdemocracia (SPD), han estado dirigidas hasta ahora por hombres. Merkel, hija de un pastor, reemplazará a Wolfgang Schaeuble, quien se vio implicado también en el caso de la financiación ilegal bajo la larga presidencia del ex canciller Helmut Kohl (1973-1998).
Hija espiritual de Kohl, quien la descubrió tras la caída del Muro entre los jóvenes talentos políticos de la ex RDA, Merkel fue la primera en romper claramente con su mentor, al publicar en diciembre pasado un crítico artículo contra él, pocos días antes de las primeras confesiones del ex canciller sobre el caso de la financiación ilegal.
La CDU busca salir de su crisis dejando la dirección del partido a una mujer, que viene de la Alemania del Este y que es de religión protestante. Estas tres características son la primera vez que se dan en un partido como el democristiano alemán. Tras meses de escándalos, intrigas, traiciones y luchas internas por el poder, una nueva era parece haber empezado en la CDU con la candidatura a la presidencia de Angela Merkel. Merkel, actual secretaria general de la CDU, fue designada ayer, lunes, por unanimidad, candidata a la presidencia de la CDU por los dirigentes del partido, y su confirmación por las bases en abril se da por segura, pues han sido precisamente los militantes quienes la han encumbrado.
El ascenso a la cumbre de la CDU de una mujer criada en la Alemania comunista no ha sido fácil y para que fuera posible ha habido que romper rancias tradiciones y prejuicios en un partido acostumbrado a las decisiones impuestas desde arriba, a los acuerdos fraguados entre «amigos» y al sistema patriarcal.
Este sistema ha quedado desacreditado por el escándalo de las cuentas paralelas de la CDU que imperó en tiempos del canciller Helmut Kohl. El presidente saliente de la CDU, Wolfgang Schaeuble, afirmó que con Merkel llega «una extraordinaria oportunidad no sólo para la CDU sino también para Alemania» y aseguró que el partido aprovechará la crisis para convertirse en la fuerza política «más moderna» de Europa.