La defensa de la globalización como vía para acceder a un mundo con una distribución más justa de la riqueza fue la nota dominante de una jornada que comenzó con un ataque al director general del Fondo Monetario Internacional (FMI), Michel Camdessus, en su último día al frente de este organismo. Camdessus, que deja hoy el FMI después de 13 años como director general, fue agredido a su llegada a la sede de la UNCTAD por un activista que le lanzó un pastel a la cara al grito de «¡Feliz Cumpleaños¡».
El funcionario, quien se refirió después al incidente como «gajes del oficio», rechazó la acusación de las ONG de que las políticas del FMI han aumentado las diferencias entre países pobres y ricos, y afirmó que, por el contrario, está emergiendo un nuevo concepto de globalización como «eficaz instrumento de desarrollo».
Recordó las palabras del secretario mexicano de Hacienda, Miguel Angel Gurría, en el sentido de que la pobreza supone una amenaza para la estabilidad política y social del mundo y se negó a hablar sobre los errores de su mandato al frente del FMI. «Lo importante es comenzar el milenio con una agenda sobre los seres humanos y cómo mejorar su situación», afirmó Camdessus.
Durante gran parte del día, un grupo de activistas bloqueó el acceso a la sede de la reunión. Los manifestantes, con megáfonos y pancartas, en una de las cuales se leía «Hay que llevar a Camdessus ante los tribunales», impidieron la salida de los periodistas hacia el hotel donde el secretario general de la ONU, Kofi Annan, debía ofrecer una rueda de prensa.
En su discurso inaugural de la conferencia el sábado, Annan pidió la creación de un «nuevo orden» que garantice el acceso de los países en vías de desarrollo a las ventajas de la recuperación económica mundial. Los 3.000 delegados de los 190 países miembros de la UNCTAD suscribieron ayer la petición de Annan, y solicitaron que esta primera reunión internacional del milenio identifique las medidas y soluciones para reducir las diferencias entre países pobres y ricos.