Tailandia ofreció ayer ayuda a los civiles Karen en respuesta a las demandas exigidas por el grupo de rebeldes de esa etnia birmana que mantiene secuestradas a unas 700 personas en el interior de un hospital tailandés.
Con su oferta, Tailandia se comprometió a abrir la frontera que comparte con Birmania para que los Karen puedan ser atendidos en los hospitales de las heridas sufridas a causa de los ataques llevados a cabo por Ejército birmano y los bombardeos realizados por las tropas tailandesas sobre las posiciones ocupadas por la guerrilla. «A cambio de la puesta en libertad de todos los rehenes, abriremos la frontera a los enfermos para que puedan recibir asistencia», manifestó el jefe del Ejército de Tailandia, general Surayudh Julanond.
La apertura de la frontera fue una de las demandas exigidas por los alrededor de diez guerrilleros, que provistos de fusiles ametralladores y granadas, asaltaron el lunes el hospital estatal de Ratchaburi, localidad situada a unos 120 kilómetros al oeste de Bangkok, la capital de Tailandia. Las autoridades militares tailandesas indicaron que el grupo de asaltantes llegaron al hospital de 770 camas, a bordo de un autocar.