La «confesión» efectuada el lunes por el presidente de la Unión Cristiano Demócrata (CDU), Wolfgang Schaeuble, sobre las donaciones no declaradas a las cuentas del partido por valor de 100.000 marcos (8'5 millones de pesetas) en 1994, ponen en un serio compromiso las posibilidades electorales de su partido y el futuro del propio Schaeuble. Las declaraciones de la entonces tesorera de la formación, Brigitte Baumeister, que reconoció ayer parte de su responsabilidad en el caso, pero no toda, no contribuyen demasiado a «lavar la cara» del delfín de Helmut Kohl, elegido presidente de la CDU tras la histórica derrota que sufrió el partido en las elecciones legislativas de septiembre de 1998.
El escándalo de la doble contabilidad de la CDU provocó el desmoronamiento del sistema patriarcal de Helmut Kohl, que salpica también a la actual dirección de la formación política. El periódico liberal 'Sueddeutsche Zeitung' se muestra rotundo al afirmar que «la era Kohl ha finalizado y no habrá era Schaeuble».
La Fiscalía de Bonn, que inició una investigación jurídica contra Kohl tras recibir una demanda anónima contra Schaeuble, considera que por el momento no hay «ninguna razón» para abrir otro procedimiento al sucesor del ex canciller, ya que los 100.000 marcos fueron entregados por el vendedor de armas Karlheinz Schreiber a la tesorera del partido, a la que Schaueble culpa. La donación no fue registrada como tal sino inscrita como «ingresos varios», añadió la Fiscalía.