El triunfo de los partidos de la oposición en las elecciones legislativas celebradas el lunes puede significar la democratización y la apertura de Croacia a Europa, al tiempo que el nuevo Gobierno tendrá que afrontar una situación económica muy difícil.
La alianza de los seis partidos de oposición croata obtuvo un 56'40 por ciento de los votos, según los resultados oficiales con el 84'32 por ciento de los votos escrutados. La Comunidad Democrática croata (HDZ, en el poder) ha obtenido el 24'31 por ciento de los votos y la alianza de oposición ha obtenido la victoria en las 10 principales circunscripciones. «Tendremos que probar que Croacia tiene potenciales económicos y democráticos muy buenos y creo que lo lograremos», señaló al comentar su triunfo el líder del Partido Social-Demócrata (SDP), Ivica Racan. Racan, de 55 años, fue nombrado en 1989 presidente del Partido Comunista de Croacia, cargo desde el cual, junto a sus compañeros de Eslovenia, rechazó el creciente centralismo serbio del Partido Comunista de Yugoslavia y posibilitó la celebración de las primeras elecciones libres en 1990.
También hizo posible la pacífica transición del poder cuando triunfó la Unión Democrática Croata (HDZ) de Franjo Tudjman, que el año siguiente llevaría a Croacia a la independencia. Aunque no es seguro que «los seis» partidos opositores, encabezados por el SDP, logren controlar los dos tercios de la Cámara legislativa necesarios para cambiar la Constitución, con la mayoría simple podrán anular las leyes que daban amplios poderes al presidente.
Entre las promesas electorales de «los seis» figura la de reducir los enormes poderes de los que gozaba el primer jefe de Estado, Franjo Tudjman, que murió en diciembre, y convertir a Croacia en una democracia parlamentaria. Prometieron también «despolitizar el Ejército, la policía, los servicios secretos, la justicia y los medios estatales, como también la economía», que han estado bajo control de la conservadora-nacionalista HDZ.