En la segunda jornada del asalto final a Grozni, los barrios periféricos de la ciudad fueron ayer escenario de cruentos combates cuerpo a cuerpo, pero la ofensiva rusa pareció ahogarse pese al apoyo masivo de la artillería y la aviación. Las milicias chechenas leales a Moscú que combaten del lado federal al mando del antiguo alcalde de Grozni, Bislán Gantamírov, insistieron en su promesa de tomar la ciudad «para el Año Nuevo», pero militares rusos dijeron que «la operación avanza muy lentamente».
Gantamírov aseguró que sus milicianos ya controlan varios distritos y lograron adentrarse en la ciudad y hacerse fuertes cerca del Ministerio de Prensa, en el centro urbano, donde «peinan» las casas adyacentes. La guerrillas afirmó que en la primera jornada del asalto el Ejército perdió entre 300 y 600 soldados y decenas de blindados, pero el mando ruso guardó silencio sobre sus bajas.
El comisario militar de Chechenia, Isá Munáyev, dijo que ayer el Ejército ruso ha perdido otros 80 soldados y 19 blindados, y aseguró que «la posibilidad de abandonar la ciudad no se plantea». Movladi Udúgov, uno de los líderes separatistas, dijo que hubo combates «por todo el perímetro de Grozni» y que los más enconados fueron en el barrio Staropromislovski, al este de la ciudad, donde la guerrilla rechazó varios ataques y abatió un helicóptero.
Según el jefe del Estado Mayor chechén, Mumadi Saidáyev, la avanzadilla de las fuerzas rusas de asalto la componen pequeñas unidades de reconocimiento que actúan protegidas con cortinas de humo y apoyadas por grupos blindados y zapadores. Su misión es detectar puestos fortificados, emboscadas, nidos de ametralladoras, trampas de minas y francotiradores rebeldes y guiar los ataques artilleros contra los puntos de resistencia.
Udúgov dijo que el Ejército «cubre la ciudad con todos los tipos de armas», y los federales se quejaron de que los rebeldes han convertido la urbe en un campo de minas y fortificado todos los edificios con salida a las comunicaciones subterráneas. Según fuentes de ambos bandos, la defensa de Grozni está a cargo de entre 1.500 y 4.000 hombres armados, entre veteranos de la guerrilla y jóvenes recién alistados.