El Ejército ruso se lanzó ayer al asalto final de Grozni y logró adentrarse en la ciudad, mientras Moscú barajó la posibilidad de celebrar elecciones en Chechenia y la guerrilla dijo que aguarda la noche para contraatacar. El Ministerio ruso de Defensa afirmó que sus tropas y milicias chechenas leales al Gobierno de Moscú irrumpieron por varios frentes en la capital de la separatista república e hicieron replegarse hacia el centro urbano a los defensores de Grozni.
Fuentes castrenses reconocieron que las tropas chocaron en la ciudad con una resistencia férrea de las guerrillas, que por su parte anunciaron la muerte de más de 300 soldados federales. El mando separatista chechén admitió que unidades del Ejército ruso consiguieron avanzar hacia el corazón de Grozni, y aseveró que la guerrilla contraatacará por la noche. Mumadi Saidáyev, el jefe del Estado Mayor Operativo de las fuerzas chechenas, dijo que los combates más duros se llevan a cabo al norte de la ciudad y en los barrios orientales, donde se lucha cuerpo a cuerpo a 500 metros de la céntrica plaza Minutka.
Según Saidáyev, la avanzadilla de las fuerzas rusas de asalto la componen pequeñas unidades de reconocimiento apoyadas por grupos blindados y zapadores, cuya misión es detectar centros de resistencia, posibles emboscadas y trampas de minas. Cuando los defensores de la ciudad tirotean a las avanzadillas rusas, sus posiciones son sometidas a «fuego huracanado» de la artillería rusa, dijo el jefe militar chechén.
Portavoces rusos admitieron el peligro de que los rebeldes, que controlan las comunicaciones subterráneas, se infiltren en la retaguardia federal, y dijeron haber frustrado un intento de la guerrilla de explosionar 15 cisternas con sustancias tóxicas. Según Saidáyev, los impactos de la artillería rusa provocaron numerosos incendios por toda la ciudad y dañaron seriamente el Palacio Presidencial, ubicado en el centro urbano.