Fuentes del mando ruso citados por la agencia Interfax informaron de que se trató de una incursión aislada porque las tropas federales siguieron consolidando sus posiciones en torno a la capital.
No se libraron combates importantes y por cuarto día consecutivo la aviación rusa suspendió durante el día los ataques sobre la ciudad, en la que permanecen entre 15.000 y 40.000 civiles. Los militares rusos reiteraron que no habrá asalto frontal a Grozni y negaron las informaciones chechenas de que se produjeron fuertes bombardeos de artillería en el este del casco urbano.
Es en esa zona, así como en el sur y el noroeste de la ciudad, donde los rebeldes han concentrado más hombres y han minado calles y carreteras con sustancias tóxicas a la espera de la entrada definitiva de los soldados rusos, añadieron las fuentes.
Ayer siguió abierto al menos uno de los corredores provisionales de seguridad a través del barrio de Chernorechie (sur de la ciudad) con dirección al poblado de Alján-Yurt y la frontera de Ingushetia, pero ayer sólo fue utilizado por 200 personas.
Por encargo de la última cumbre de la OSCE que se celebró en Estambul, Knut Vollebaek visitó la república de Daguestán, escenario de combates entre tropas rusas y milicias islámicas, Osetia del Norte y en los próximos días viajará a Ingushetia y zonas de Chechenia. El diplomático, cuyo país actualmente preside la OSCE, pidió a las partes un alto el fuego y ofreció su mediación para solucionar el conflicto «después de haber visto con mis propios ojos las dificultades de la población en Botlij», un distrito daguestaní escenario de duros combates en agosto.
El Gobierno ruso subrayó que la misión del ministro noruego tiene carácter «exclusivamente humanitario» y volvió a hacer oídos sordos a la posibilidad de entablar un diálogo con los chechenos. Rusia no necesita ayuda de organizaciones internacionales para resolver el problema del conflicto en Chechenia, manifestó el viceministro ruso de Asuntos Exteriores Alexandr Avdéyev.