Los países de la Unión Europea (UE) acusaron ayer al Reino Unido de fomentar la evasión fiscal a través de los euro-bonos, por rechazar una directiva sobre la fiscalidad del ahorro que era el elemento clave del último intento para armonizar los sistemas impositivos de los Quince. «Hemos fracasado y hay que señalar a los culpables», dijo el ministro alemán de Finanzas, Hans Eichel, después de que su colega británico, Gordon Brown, consumara su oposición a una propuesta que pretendía fijar un impuesto sobre los beneficios del ahorro de los no residentes para evitar la evasión fiscal.
Esta directiva era el elemento clave de un paquete de medidas para la armonización fiscal en la UE, que contemplaba además otra para eliminar la imposición sobre los intereses y cánones transfronterizos entre filiales de una misma compañía y un «Código de Conducta» destinado a suprimir paulatinamente los incentivos fiscales que provocan competencia fiscal desleal entre las empresas.
Todos los países comunitarios ofrecieron sin éxito al Reino Unido un compromiso «excesivamente generoso» para desbloquear el paquete, según explicó el ministro italiano Vicenzo Visco, que sustituía el impuesto inicialmente previsto -del 20 por ciento sobre los beneficios del ahorro- por el simple suministro de información a la administración de Hacienda del país de origen del inversor.
El Reino Unido sólo debería comunicar el nombre y la dirección del inversor, sin ni siquiera detallar ni el volumen ni los beneficios obtenidos por él, como prevé la directiva comunitaria contra el blanqueo de dinero vigente desde hace varios años. Pero Brown rechazó también esta propuesta en la reunión extraordinaria que mantuvieron los titulares de Finanzas de los Quince, con la excusa de proteger el mercado de los euro-bonos, un producto financiero que mueve al año 3.000 billones de dólares en la «City» londinense.