Según el ministro del Interior francés Jean-Pierre Chevenement, los
heridos por causa de las bombas son cinco agentes del orden y un
viandante.
Sin embargo, anteriormente fuentes oficiales habían informado de
ocho heridos como resultado de la explosión casi simultánea de las
dos bombas a primeras horas de la mañana. «Estos cobardes atentados
ponen en evidencia el callejón sin salida en el que se encierran
cada vez más los pequeños grupos que se niegan a renunciar a la
violencia», subrayó Chevenement en un comunicado.
Insistió en que estos grupos «se aislan aún más de la población,
que condena con indignación estas acciones criminales contra
ciudadanos».
El presidente francés, Jacques Chirac, condenó «firmemente» en
Londres el atentado terrorista perpetrado en Ajaccio que, además de
los heridos, causo daños materiales considerables.
También la ministra de Trabajo y Solidaridad, Martine Aubry, expresó su indignación por los dos atentados y subrayó que estos actos «confirman la necesidad de proseguir los esfuerzos emprendidos por el Gobierno para restablecer el Estado de derecho en Córcega».
A la cadena oficial de condenas se sumó el ministro de la Administración Pública francés, el corso Emile Zuccarelli, según el cual, «las organizaciones que practican la violencia con carácter fascista son totalmente irresponsables».
Desde que el pasado septiembre el primer ministro francés, Lionel Jospin, condicionara un eventual diálogo sobre la evolución del estatuto de Córcega a una abierta renuncia de la violencia, el ritmo de los atentados se ha disparado en la isla separatista.