China y Estados Unidos firmaron ayer en Pekín un acuerdo sobre la adhesión del gigante asiático a la Organización Mundial del Comercio (OMC), que permitirá previsiblemente la aceleración de la entrada de China en la organización tras 13 años de negociaciones. El presidente norteamericano, Bill Clinton, aseguró tras el anuncio del acuerdo que «era un buen día para la diplomacia estadounidense». Clinton subrayó que «con este acuerdo, China abraza los principios de la apertura económica, la innovación y la competencia. Servirá a la vez para las reformas y para el progreso del Estado de derecho en China».
Después de seis días de negociaciones contrarreloj, el acuerdo fue firmado por el ministro chino de Comercio Exterior y de Cooperación Económica, Shi Guangsheng, y por la representante norteamericana de Comercio, Charlene Barshefsky. «Es un momento histórico para las relaciones chino-norteamericanas», declaró Barshefsky. El acuerdo «permitirá regular el comercio entre nuestros dos países y contribuirá a las reformas y a la apertura de la economía china», añadió.
Por su parte, Shi calificó el acuerdo de «mutuamente satisfactorio», y aseguró que «favorecerá la entrada de China en la OMC lo antes posible». «Esperamos impacientemente el momento en el que China sea miembro de pleno derecho de la OMC», declaró Shi, rindiendo homenaje al «esfuerzo personal» aportado por los presidentes Bill Clinton y Jiang Zemin a la firma del acuerdo.
Según Estados Unidos, el acuerdo prevé «un acceso significativo» para los productos agrícolas e industriales norteamericanos al mercado chino. «China reducirá a la vez sus barreras arancelarias y no-arancelarias para los productos industriales y agrícolas», subraya el comunicado, que indica que Pekín ha aceptado «tomar medidas específicas para garantizar un trato justo de las empresas que operen en China».