El presidente del Gobierno español, José María Aznar, indicó ayer que no ve posibilidades de cambio en Cuba con su presidente, Fidel Castro, consideró un «error» el embargo por servir de «coartada» al régimen y precisó que la política de España consiste «en hacer lo mejor pensando en los cubanos de carne y hueso».
«La política de embargo seguida contra Cuba ha fracasado, no se han dado las circunstancias mínimas para que triunfe, se ha convertido en cuestiones internas de Estados Unidos; no soy partidario de ella porque es un error y una coartada para el régimen que vive a gusto y, por eso, alguien tendrá que pensar en los cubanos de verdad», señaló Aznar en un desayuno con los periodistas.
Antes de viajar ayer a La Habana, donde participará en la IX Cumbre Iberoamericana, el jefe del Gobierno no se mostró partidario de una «política unidireccional» o «alicorta» respecto a Cuba, «explicando lo que tiene que hacer» a Castro, «si no tiene la más mínima voluntad de hacerlo».
Por ello, explicó Aznar, la política española con Cuba, que ha articulado una posición común en la UE respecto al régimen cubano y se ha colocado en contra del embargo, tiene como objetivo ser «útil» para los cubanos «que viven, sufren y padecen».
El jefe del Ejecutivo distinguió su asistencia a la Cumbre de La Habana «en las mismas condiciones que todas las demás, con libertad de movimientos y posibilidad de entrevistarse con quien uno quiera», de las relaciones bilaterales entre Cuba y España que, entre otros asuntos, no aconsejaron un viaje oficial de los Reyes.
Por otra parte, Don Juan Carlos y Doña Sofía llegaron esta madrugada a La Habana en medio de una gran expectación ya que es la primera vez que un rey de españa pisa suelo cubano en los más de quinientos años de historia común.
Consenso en la condena a la ley Helms-Burton de EE
UU
Los nubarrones que se cernían sobre la IX Cumbre Iberoamericana de
La Habana quedaron ayer disipados tras el «gran consenso
iberoamericano» alcanzado con anticipación en la redacción de todos
los documentos. «Consumatum est», dijeron, de forma ilustrativa,
fuentes diplomáticas al referirse a la conclusión prácticamente
definitiva del debate preliminar de la Declaración que se firmarán
mañana.
Los 21 países iberoamericanos cerrarán ayer el documento sobre la globalización y sus repercusiones económicas.
La Declaración de La Habana incluirá una vez más un rechazo enérgico y de condena del embargo estadounidense sobre Cuba y su endurecimiento por la ley Helms-Burton, así como de respeto al derecho internacional.
Ambos asuntos «han quedado bien reflejados» en el texto y han recibido un consenso total por parte de los coordinadores, declararon tanto fuentes diplomáticas españolas como chilenas.